La calculadora y el ordenador:

A la izquierda tenemos una pequeña calculadora que sólo sabe hacer las operaciones más básicas. A la derecha tenemos un ordenador moderno capaz de realizar millones de operaciones por segundo. Puede contener cientos de programas distintos capaces de realizar múltiples tareas.

Es evidente que ambos objetos son muy diferentes, tanto a nivel cuantitativo como cualitativo, pero ¿no están hechos de los mismos componentes básicos? ¿no son iguales ante las leyes de la naturaleza? ¿no funcionan con las mismas leyes matemáticas?

Los ingenieros que construyen la calculadora tienen la misma formación, los mismos estudios y aplican los mismos conocimientos que los que construyen los grandes ordenadores. Ambos sistemas funcionan a base de microchips.

A pesar de las grandes diferencias entre ambos calculadores, a pesar de que uno puede hacer muy pocas cosas comparado con el otro, no existe ninguna razón para pensar que pertenecen a mundos distintos, que funcionan bajo leyes distintas y que, por tanto, existe una frontera infranqueable entre ellos.