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"La desamortización de Mendizábal en la provincia de Zaragoza (1836-1851)".  P. Marteles, 1990. (pmlemr@gmail.com)

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4.4.-  PANORÁMICA GENERAL: LOS COMPRADORES 

Antes de entrar en el análisis de compradores quisiéramos recordar qué entendemos por tales. En el caso de fincas procedentes del clero regular son las personas que hicieron efectivo el último pago de la finca y en ellos se ha registrado desde el remate hasta el pago final hasta tres cesiones, hecho que implica a cuatro personas distintas. En algún caso hemos detectado que este último comprador y el que hace la escritura en torno a 1850 no es el mismo y hemos introducido a éste.

En el caso de fincas del clero secular los datos no son tan fiables porque no hemos utilizado los Libros de Cuentas Corrientes y aunque aparecen muchas de una y algunas hasta de dos cesiones en este caso hay que entender que se producen antes de de efectuar el primer pago. Entre las fincas de esta procedencia aparece un mayor número de disonancias (partiendo del hecho de que siguen siendo muy pocas en total) entre el que hemos considerado como comprador y el nombre que figura en protocolo notarial, pero hemos renunciado a comprobar sistemáticamente toda la información de nuevo en los protocolos (habíamos guardado únicamente la fecha, nombre y vecindad de comprador) de manera que normalmente calificamos como comprador al último que figura en los Registros de Ventas y que es el que efectúa el abono del primer plazo

Al igual que hicimos anteriormente con las fincas, los cuadros que siguen tratan de diferenciar grupos de compradores en función de si compraron más o menos fincas, superficie, etc.. Las medias de remate, valor, rentas y extensión que aparecen en las columnas finales del cuadro se refieren habitualmente a las fincas ya que así nos pueden ilustrar sobre las características de lo que adquieren los compradores clasificados en la columna de la izquierda. De otro modo, si hubieran sido medias sobre los compradores, las cifras no habrían hecho otra cosa que reflejar, en la mayoría de los casos, los valores intermedios del tramo de compradores señalados en la fila. Con todo, en los cuadros 38,39 y siguientes, las medias se refieren a los compradores tal como se indica en las cabeceras de columna.

Los cortes de cada tramo de la clasificación en la que se agrupa a los compradores por el total de sus adquisiciones se han hecho teniendo en cuenta algunos criterios normativos:

- a) son saltos que duplican la cantidad anterior, hecho que permite una representación gráfica semi-logarítmica.

- b) interviene alguna cifra significativa en algún corte y que sirve de guía para los saltos (en los remates, por ejemplo, la cifra de 50.000rs utilizada por otros investigadores para adscribir al comprador a la clase media, y en el valor inicial los 20.000rs utilizados por nosotros).

- c) distribuyen a los compradores en grupos más o menos equilibrados para evitar tramos de clasificación casi vacíos o con porcentajes insignificantes.

Por otro lado, dado el enorme número de tablas de resultados que se presentan en nuestro estudio, no podemos dedicarnos a resaltar la importancia de muchos detalles porque este capítulo se haría interminable. Procederemos, pues, a base de dar pinceladas que no aspiran a mostrar toda la riqueza ni a agotar las posibilidades de análisis de cada cuadro.

a) COMPRADORES POR TOTAL DE PROPIEDAD ADQUIRIDA

El CUADRO Nº 21 clasifica a los compradores por el total teórico de la inversión realizada ya que al haber habido una proporción considerable de cesiones por parte de los rematantes, ignoramos si éstos actuaron a comisión, por encargo concreto o actuando bajo su propio riesgo.

Conforme aumenta la cantidad total rematada aumentan no sólo las medias de número de fincas por comprador, de renta y valor inicial de las fincas rematadas, etc. sino también los índices de mejora. Este último dato manifiesta que el hecho de haber adquirido más no conlleva que en las subastas se pujara a la baja ni demuestra que los poderosos pudieran descartar a los otros licitadores, mediante mecanismos que han sido descritos pero no demostrados, para quedarse con las fincas por casi su precio de salida a subasta.

La importancia en cuanto a número de fincas, extensión adquirida, etc. de los 157 compradores que invirtieron más de 200.000rs no necesita comentario.

El CUADRO Nº 22 es ilustrativo de que la mayoría de los compradores adquirieron pocas fincas (el 61% una o dos), pero ello no implica que tuvieran que ser las peores fincas. Si observamos los valores de los que compraron una sola finca se obtienen las medias de remate, valor, rentas, extensión rústica y mejora más elevadas (el 8.1% de las fincas captaron el 14.7% de los remates).

Como en el cuadro anterior, los porcentajes más importantes de lo adquirido fuera del pueblo y del partido los detentan los compradores de la escala más alta. Las mejoras obtenidas en este grupo son las más bajas. Los 86 sujetos que compraron más de 16 fincas se hicieron con algo más de la tercera parte de la superficie vendida pero a base de comprar fincas que tanto por valor de anuncio como por media de extensión eran las de menor interés inicial.

El CUADRO Nº 23 distribuye los compradores por el valor de anuncio con que se sacó a subasta lo comprado por ellos. A resaltar el hecho de que los índices de mejora forman una pirámide cuya cúspide se sitúa en el tramo de 20 a 40.000rs, seguido en importancia por el tramo hasta los 80.000rs. En ambos grupos se observa un comportamiento en lo que respecta a comprar fuera del pueblo y del partido en cierto modo similar y netamente diferenciado de los del tramo superior a 80.000rs. Sus porcentajes de lo que compran fuera son bajos, las medias de remate de las fincas de fuera son inferiores y lo mismo sucede con las mejoras de cotización de lo que compran fuera. Es como si formaran un grupo intermedio interesado fundamentalmente en hacerse con bienes en la propia localidad y que si lo hacen fuera es con bienes de menor envergadura y por los que están dispuestos a subir menos la cotización.

Los del tramo superior adquirieron porcentajes de número de fincas y de extensión rústica ligeramente superiores a los obtenidos por los que efectuaron los mayores desembolsos (cuadro 21) y una vez más observamos que su mejora de cotización es superior a la de la obtenida por compradores de los primeros tramos que adquirieron menos fincas de promedio y con medias de remate de las fincas que resultan inferiores.

A pesar de constituir el 44.8% de los compradores, los que en conjunto afrontaron valores inferiores a los 10.000rs aportaron sólo el 3% de los remates y se hicieron con el 7.9% de la extensión.

El CUADRO Nº 24 agrupa los compradores en función de la superficie total adquirida. Dado que conocemos la extensión de la mayoría de las fincas rústicas, a la vista de que una 1/4 parte de los sujetos adquieren fincas "sin extensión", a casi todos ellos se les podría calificar como compradores únicamente de bienes urbanos. Si observamos las mejoras de cotización de las fincas con extensión se observa un equilibrio que se aproxima a la media provincial para todos los bienes y que sólo se rompe en algún caso en la adquisición de fincas fuera del partido.

La cifra de 52 compradores que en total adquirieron más de 32 Ha. (incluso sin saber que tipo de fincas eran, aparte de conocer su extensión media de 2.59 Ha.) distribuidas por toda la provincia (los porcentajes de su número fuera del pueblo y del partido son altos) no parece en absoluto que pueda llevar a la conclusión de que se llegara a constituir ningún tipo de clase de oligarquía terrateniente como resultado de la desamortización. A las oligarquías de esta provincia, si las hubo (y sería necio negarlo) hay que buscarles su origen en otra parte y no en el manido y demasiado fácil tópico de la apropiación de los bienes del clero.

El CUADRO Nº 25 distribuye los compradores en función del total de rentas que estaban generando los bienes adquiridos en el momento de la subasta. La fijación de los tramos es muy cuestionable pero se ha pretendido tener presente la contribución que generaban esas rentas (el 12% aproximadamente y que daría cuotas hasta 73-147-300-600-1.200 y + de 1.200rs) de manera que, grosso modo, en el tercer y cuarto tramo quedaran comprendidos los que con arreglo a las leyes electorales de 1837 y 1845 (200 y 400rs respectivamente) hubieran tenido derecho a votar por el mero hecho de comprar lo que compraron.

Al comparar este cuadro con los anteriores el hecho que quizás llame más la atención es la circunstancia de que los grandes acumuladores de rentas (el 4.1% de los compradores) que adquirieron un porcentaje considerable de extensión (42.3%) tuvieron que hacerlo a base de adquirir muchas fincas (una media de 49.6 cada uno), que en el caso de ser rústicas no son de una superficie media excesiva y que por valor inicial se hallan por debajo de las adquiridas por miembros de los dos tramos inferiores. Sus mejoras en cotización son las más ajustadas a la media provincial, de manera que su "comportamiento" en las subastas resulta absolutamente "normal".

b) COMPRADORES POR GRUPOS DE IMPORTANCIA RELATIVA

Los CUADROS Nº 26, Nº 27, Nº 28, Nº 29  y Nº 30 se han elaborado para obtener otra perspectiva general de los compradores después de haberlos ordenado de mayor a menor importancia en función del valor de sus remates, valor de anuncio, rentas, número de fincas y total de extensión rústica adquirida. En cada uno de esos casos al 25% por cada extremo de la ordenación se le denomina "Grande" y "Pequeño comprador y al 50% del centro "Mediano". La tarea no deja de ser un tributo a la vieja idea de la curva normal de Gauss.

A resaltar la tendencia generalizada a obtener peores índices en todos los conceptos, incluida la mejora de cotización, en los compradores más modestos.

Señalaremos únicamente que en el cuadro 29 cabe destacar que el segmento intermedio en función del número de fincas (no llega a 2 la media de fincas por individuo) parece ser el que compra propiedades con medias de extensión, rentas, remate y valor de anuncio más alto. Hecho que apunta a que el grupo de los que compraron muchas fincas (18.4 propiedades por sujeto) no son necesariamente los que se llevaban las mejores fincas y dejaban los residuos para los demás.

c) POR CLASE SOCIAL DEL COMPRADOR

Los CUADROS Nº 31, Nº 32, Nº 33, Nº 34, Nº 35 y Nº 36 se ocupan de las fincas en función de la clase social del comprador. En ellos no hemos controlado el número de compradores que corresponde a cada categoría de fincas. El primer cuadro y el último distinguen entre clase baja y media y los demás se ocupan sólo de compradores de clase baja. La proporción de bienes adquiridos por sujetos no clasificados como de clase media es tan insignificante (2.1% de los remates, 3.9% del valor inicial y 7.6% del número de fincas) que carece de sentido plantear una dicotomía por clases sociales si para definir éstas se recurre, tal como es norma en todos los estudios, al valor de lo que compran y a su condición de elector.

Los beneficiarios de las subastas de la desamortización, al igual que los de cualquier otro tipo de subastas que hayan podido celebrarse por cualquier motivo, en cualquier tiempo y lugar, fueron los que tenían dinero para invertir en ello. Fontana lo ha expresado magistralmente de manera que no vamos a insistir en ello. En estos cuadros lo único que se pretende es presentar el detalle para hacer evidente lo innecesario que es entrar en comentarios pormenorizados con distingos entre una clase social y otra y mostrar tan solo el tipo de fincas y de qué procedencia eran las que compraron los sujetos de clase baja.

Como en los cuadros aparece la proporción de bienes de ese tipo u origen que correspondieron al sector inferior de la escala social, puede apreciarse con facilidad que en los únicos apartados en que adquieren cierta significación es en la compra de bienes del clero secular (cuadros 34 y 35), compra de viñas (cuadro 32) y locales (cuadras, pajares, etc.).

d)  COMPRADORES POR PROFESIONES

A partir fundamentalmente del Libro de Contribución del término de Zaragoza (incluye algunos municipios próximos) para 1845 hemos logrado conocer la profesión de muchos compradores. En otros casos, la mejor fuente ha sido la lista de "capacidades" del censo electoral provincial de 1836, del municipal de 1846 y de miembros de la milicia en 1841, pero en líneas generales puede decirse que la población realmente conocida, tal como muestran los cuadros, es la avecindada en Zaragoza ciudad. En varios de ellos se distinguen cuatro grandes ámbitos territoriales: Zaragoza capital, resto de su partido judicial, resto de la provincia y fuera de la provincia.

En las tablas de resultados se han incluido dos nuevos conceptos cuyos valores se muestran en varias columnas. Por un lado, bajo la denominación de "num. finc. remata" se distingue para cada grupo de compradores las fincas que adquirieron como rematantes (fueron ellos mismos los licitadores que pujaron más alto en la subasta) y por tanto la diferencia con respecto al total dará las que obtuvieron por cesión de otro rematante. Y por otro, con la denominación de "num. finc. +1Sub" se muestran los valores de las fincas compradas que habían sido objeto de más de una subasta.

Los CUADRO Nº 37 y Nº 38 son el mismo cuadro fragmentado en dos por el exceso de conceptos que alberga. El número de compradores con profesión conocida es de 411 (el 36.3%) frente a 722 de los que la ignoramos. Pero su peso específico es superior en cuanto al número de fincas (50.7), remates (65.4%), extensión rústica (52.8%) y extensión urbana (84.9) adquirida.

La escasa representación del grupo de "propietarios" se debe a que en él nos hemos limitado a recoger a los que no son otra cosa (sólo pagan contribución como hacendados sin más especificaciones), mientras que hemos calificado como agricultores, ganaderos o arrendatarios a los que contribuyen por esa profesión aunque también posean hacienda. En algún caso la adscripción procede de listas de componentes de la Milicia Nacional y allí, por supuesto, no aparecen datos de contribución.

Las situaciones en que se producen cruces son abundantes pues hay sujetos de cualquier profesión (comercio, técnicos, industriales, etc.) que pagaban por varios conceptos. La norma establecida ha sido la de atribuir como profesión del individuo aquélla por la que pagaba mayor contribución. En un par de casos que tienen que ver con las profesiones liberales se ha hecho una excepción, pues si un ganadero es abogado y contribuye como tal (aunque sea algo menos que como ganadero) lo hemos considerado abogado de profesión. Hemos rechazado la creación de una categoría que respondiera a la genérica denominación de "políticos profesionales" por no saber del todo lo que significa si la intentamos aplicar a los turbulentos años de constante agitación política que nos ocupan.

En el apartado posterior en el que nos ocupamos específicamente de los compradores de Zaragoza dedicaremos cierta atención al problema de los arrendatarios, que contribuían a razón de dos reales por cahiz de tierra. A este hecho se le debiera prestar una mayor reflexión porque la calificación de "arrendatario" puede encubrir situaciones muy distintas y hay algunos trabajos como el de González de Molina sobre las ventas del Trienio en Andalucía que extraen a nuestro parecer demasiadas conclusiones sobre los arrendatarios que accedieron a la propiedad, partiendo únicamente de listas de arrendatarios procedentes de libros de conventos.

Por volumen de lo adquirido no cabe duda que el sector más importante es el de los comerciantes y el de propietarios. Los industriales destacan por las mejoras de cotización y unidos a los agricultores por su actuación predominante como rematantes de las fincas que compran. Los comerciantes, por el contrario, destacan comprando fincas que se subastan más de una vez.

Los CUADRO Nº 39 y Nº 40 son una ampliación de los dos previos distinguiendo grandes grupos de vecindad de los compradores. La mayoría de los que figuran "sin profesión" pero que son vecinos de los pueblos de la provincia no nos cabe duda que podían haberse considerado como agricultores o "rurales" según la terminología de la "escuela de Valladolid". No lo hemos hecho, pero si el lector lo desea ahora tiene posibilidad de hacerlo pues aparecen desglosados los valores asignados a esos grupos.

Y finalmente el CUADRO Nº 41 reduce el número de columnas pero amplía, desglosándolos, los conceptos de fila de los cuadros previos. Las denominaciones que empiezan con "T." corresponden a "tratante en...". El término de "Comercio" parece que en el libro de contribución se reservaba fundamentalmente (aunque quizá no exclusivamente) para el de telas y ropas, pero nosotros hemos incluido en el sector todas las filas que le siguen hasta que se acaba la lista de los tratantes.

La lista de profesiones a las que hemos considerado como "técnicos" son las últimas que aparecen a partir del "Arquitecto y aparejador". En penúltimo lugar aparece "Arriendos", concepto que no debe confundirse con el de arrendatario, pues en arriendos aparecen capitalistas y negociantes de importancia que tienen contratado o arrendado una serie de servicios públicos tales como el alumbrado, determinados suministros, etc. La columna de vecindad aclara suficientemente tanto la limitación de las fuentes utilizadas como la de las posibles conclusiones a extraer.

e) POR VECINDAD DE LOS COMPRADORES

El CUADRO Nº 42 distribuye el total de compradores en función del partido judicial de su vecindad y ofrece una serie de valoraciones sobre lo que compraron fuera de la localidad y del partido de su domicilio. Destaca en primer lugar la importancia por todos los conceptos de los compradores de Zaragoza. Los vecinos del partido de la Almunia son los segundos en importancia numérica, pero tanto los de Borja como los de Calatayud, menos en número se llevaron un porcentaje mayor de fincas y realizaron una mayor inversión. Los de Borja, Calatayud y Tarazona adquirieron una considerable cantidad de fincas fuera de sus localidades de origen (con porcentajes del total desembolsado por ellos que superan incluso a los compradores de Zaragoza) y los de Borja se aproximan a los de Zaragoza en el porcentaje de remate desembolsado para la adquisición de bienes fuera del partido (se trata de compras en el vecino partido de Tarazona).

Los compradores de los partidos de Sos del Rey Católico son los que realizaron la media de inversiones más alta y ello habría que explicarlo por algún caso que encubre una compra colectiva. Los de Ejea y Belchite destacan por el escaso valor medio de su inversión. Ambos, unidos a los de Daroca son los que efectuaron mejoras de cotización más bajas, pero las fincas compradas por los primeros debían ser más insignificantes porque generaban una media de rentas que se hallaba muy por debajo de las de Daroca.

La comparación de las mejoras de cotización del total de bienes con las ofrecidas para los bienes comprados fuera de la propia localidad muestra una tendencia a no establecer diferencias en los partidos con mayor número de fincas adquiridas por sus vecinos (Zaragoza, Borja y Calatayud, salvo en el de Tarazona) y en los restantes tiende a cotizarse peor lo comprado fuera del enclave de vecindad.

El CUADRO Nº 43a, Nº 43b, Nº 43c, Nº 43d, Nº 43e es de factura similar al anterior y aborda pueblo por pueblo (ordenados alfabéticamente dentro de cada partido) el número de compradores de cada localidad. Los porcentajes se refieren normalmente al total de la provincia y ello explica su ínfimo valor, que en caso de ser inferior a 0.05 el ordenador a redondeado a 0. Las columnas de porcentaje de remate de lo comprado fuera de la localidad ilustran de como los compradores de muchos pueblos adquirieron todo en pueblos vecinos y nada en el propio, casi nada fuera del partido, etc.

Entrando en detalle se podría explicar con precisión lo que el cuadro 43 apuntaba para el conjunto. De esa forma, por ejemplo, se podría matizar que la abundancia de compras fuera del partido que aparecía en Borja, corresponde fundamentalmente al peso que proporciona lo adquirido por los vecinos de Ainzón y de Mallén, etc. Al aparecer juntos los pueblos de cada partido, el cuadro permite igualmente ver la importancia de los compradores de cada pueblo o de la cabecera con respecto a los otros de la comarca.

Para valorar la importancia de los compradores de cada pueblo se requiere la atención no sólo al número de compradores y de fincas sino también al total de extensión matizado por el total y media de las rentas, pues esos son valores estables independientes de la forma de pago. Este factor, que afecta a la inversión y a la mejora mejora de cotización no lo distingue el cuadro. Las mejoras en torno al 100% suelen reflejar bienes del clero secular y en algunos pueblos pueden observarse índices muy por debajo de esa cantidad.

Al final del cuadro aparecen una serie de localidades de vecindad de compradores de fuera de la provincia. Entre ellos destacan los 14 compradores de Madrid que se hicieron con 95 fincas. Naturalmente todos ellos compraron fuera de su partido y el hecho de que sólo figuren 13 en ese concepto se explica porque el partido "Fuera provincia" se codificó como una "X" y hay uno de ellos que sólo compró unos bienes de la provincia de Teruel (que también es "X" por hallarse fuera) y por consiguiente parece que comprara dentro de su partido. El comprador de Bilbao que compra 35 fincas es Francisco Uhagón, habitual en muchas listas de otras provincias y perteneciente a una familia con negocios por toda España y ultramar. Y el de Barcelona que adquiere tres fincas con una inversión de 1.372.500rs corresponde a Pablo Muntadas, que se hizo con la parte de bienes que hoy día se han convertido en una magnífica explotación turística en el Monasterio de Piedra.

El último pueblo de la lista es un vecino de Tudela que aparece con signo de interrogación. Se trata de Juan Aceto que fue un notable comprador de bienes de todas las procedencias. De conformidad con los Registros de Ventas, este comprador, que adquiría casi siempre por cesión resultaba ser el comprador más importante de la provincia. Sin embargo, el manejo de las cuentas corrientes del clero regular nos permitió observar que Aceto traspasó la mayor parte de las fincas una vez efectuado el pago de la primera quinta parte e incluso pagados más plazos de las fincas. En nuestro cuadro figura adquiriendo 76 fincas (del clero secular y situadas en Tarazona y alrededores) de las que además no nos consta que hiciera escritura notarial.

Ignoramos los avatares y detalles de la personalidad de este comprador. También compró en Navarra y Donézar le atribuye el domicilio en Tudela. Por nuestra parte hemos localizado un anuncio de 21-4-1855 aparecido en el Boletín Provincial de Zaragoza en el que el Juez de primera instancia de Tudela anunciaba la subasta para el 4 de Mayo de 65 fincas en Tarazona y alrededores por pender "autos ejecutivos de José Barea, vecino de Alfaro, contra bienes que fueron de D.Juan D'Aceto, en los cuales se hallan opuestos varios acreedores por tercería de dominio...". Hemos intentado identificar una por una las fincas para ver si eran las que Aceto compró según nuestros datos pero no ha resultado posible establecer si se trata de las mismas.

El problema radica en que el anuncio oficial de la subasta de 1855 no da para las de Tarazona, que son mayoría, la extensión y tanto en las casas como en las rústicas aparecen algunas calles y partidas de nombre distinto. A pesar de que los bienes podrían haberse deteriorado o mejorado con el transcurso de algunos años, habría sido interesante poder haber hecho comparaciones entre los precios en tasación de 1855 por la vía judicial y la obtenida anteriormente por vía de peritos y capitalización en los años de la desamortización. De las 9 fincas rústicas situadas en términos próximos a Tarazona sí se dan las extensiones y lo único que cabe comentar es que a pesar de tratarse de "heredades" de diversa cabida en todos los casos, los precios por media de tierra oscilan dentro de un rango de enorme variación. Es decir, los precios debían reflejar, indudablemente, la calidad de la tierra y como ése es un factor de difícil apreciación, creemos que el concepto de "rentas" a partir de la capitalización debiera ser tomado como uno de los más significativos para valorar la importancia de lo vendido.

 

 

 

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Última actualización:
18/08/07