La Educación de la Creatividad. Pilar González, 1981.(pgonzalez@psi.ub.es) |
CAPITULO 2.TEORÍAS SOBRE LA CREATIVIDAD.(Continuación)
2. 10.- EMOCIÓN Y DISTONÍAS2.10.1.- La emoción.Tanto las teorías que se ocupan de la Creatividad como quienes lo hacen de las Actitudes emplean, sin excepciones, el concepto de Emoción. Para la explicación del modelo Bio-psico-social, considero adecuado reproducir aquí la definición propuesta por WUKMIR, V.J. (1960), situándola en la base organicista y en la línea humanista, desde la célula-organismo-persona en su "Psicología de la orientación vital":
En 1964, en la obra "El hombre ante sí mismo", presentó la definición de la emoción de la forma siguiente:
De forma abreviada, la emoción (igualada al sentir, al sentimiento, al afecto ya la excitación) sería el esfuerzo valorativo hacia el sobrevivir, ejecutado por el organismo entre las presiones de los factores endógenos y exógenos, o bien en su liberación de tal esfuerzo (patior). En 1967, en la obra "Emoción y sufrimiento":
En 1974, en un glosario de palabras mecanografiadas dice:
Pese a lo extenso de las citas, su atenta lectura permite introducirnos en los factores de todo comportamiento y situar la emoción en una epistemología biológica y no mentalista. A partir de ahora, si no advierto lo contrario, en el contexto me referiré a esta concepción en cualquiera de sus variantes reformuladas.
2.10.2.- La valoración.Es en este proceso emocional donde la valoración surge. De ella hablaré más adelante. Es después de dicha valoración, servida por la imaginación a través de la CO-REIDAD, donde la cosa nueva en el acto ocupa su lugar. Cabe preguntarse: ¿Cuál es la causa subyacente para que esto ocurra? El desencadenante generalizado serían las distonías básicas.
2.10.3.- El Tonus emocional.A partir de una acto sugerido por la valoración cognitiva-emocional, el sentir de lo agradable o desagradable de la emoción, subjetivamente sentido, será el tonus emocional. Sí la emoción fue positiva, el tonus es una sintonía; sí la emoción fue, por el contrario, negativa, el tonus será distónico o distonía. De este fenómeno subjetivo, los seres humanos no están exentos por su naturaleza biológica.
2.10.4.- Las distonías.Inscritas a niveles celulares las distonías - de lo desagradable - empiezan por la misma génesis orgánica. Básicamente recogemos cuatro de entre las muchas que pueden existir, por considerar que se instalan en cualquier ámbito del modelo propuesto. Desde el momento mismo de la concepción el conflicto surge. En correcta confrontación y con pautas bioquímicas del código genético, el caos inicial se convierte en orden, hasta que un nuevo orden se instaura conflictualmente. O se nace o se perecerá. El cambio se ha de instaurar para la supervivencia. Pero a la primigenia unidad simbiótica de no-soledad con la madre, donde la seguridad, la satisfacción y la inferioridad habían sido satisfechas, se rompe. Lo que costosamente se instauró por la inseguridad, inferioridad e insatisfacción desde la misma fecundación del óvulo por el espermatozoide, tras el esfuerzo y tensión de la supervivencia en un medio placentero, acaba. Bruscamente el entorno se convierte en hostil y el recién nacido entrará en un ambiente donde de nuevo la soledad, la inseguridad, la inferioridad y la insatisfacción le acechan . No es trágico, porque para la supervivencia del conflicto con el medio está la valoración cog-noscitiva-emocional. Gracias a ella el recién nacido se orientará, ayudado ahora por la placenta afectiva a que aludimos, para superar tales distonías. También la biología previsora le provee del patior para la supervivencia. Pero desde entonces hasta su muerte, si no se demuestra lo contrarío, el hombre-organismo-célula sentirá. El privilegio de su sentir emocional con su correspondiente tonus sintónico y distónico, tras el acto le orientará para la supervivencia. Buscará lo agradable e intentará eludir lo desagradable. Pero el continuum de lo placentero se rompe. Las distonías, que se han instaurado biológicamente, van a ser reforzadas, y a menudo innecesariamente, por el medio externo. Las relaciones interpersonales muy pronto entrarán en conflicto con el recién nacido. Es con este conflicto y con las distonías básicas en cualquier ámbito bio-psico-sociológico, desde donde el hombre tendrá que, para afirmarse, realizar actos de supervivencia y de adaptabilidad creativamente. Para huir de sus distonías tenderá a crear comportamientos nuevos capaces de producirle sintonías. Cualquier acto a este nivel es creativo para el hombre y está instaurado en su naturaleza. 2.10.4.1.- El "patior" como esfuerzo-tensión.Cuando el patior (20) como esfuerzo-tensión actúa, y actúa siempre, en lo vivo la valoración cognoscitiva-emocional y el acto nos dicen si el esfuerzo-tensión era excesivo para el resultado obtenido o viceversa. Las distonías nos advierten de cómo huir del patior en el futuro. Las sintonías irán hacia la búsqueda euforizante de aquellas emociones positivas. Ambas nos espolean a la vida y las primeras a la creación. Suele decirse que los pueblos felices no tienen historia, suponiendo que tal aserto sea verdad, lo que no sería posible es que los hombres "felices" fueran creativos. El patior es necesario también para la felicidad. Su contraste distónico es necesario y la creación surge biológicamente para convertir las distonías en sintonías. La condición humana de soportación-activación en biología "la célula siente y sufre", MONAKOW, C. & MOURGUE, R. (1929), exige que las distonías vuelvan tras las sintonías. La variedad de estímulos requieren que el sujeto para orientarse valore lo agradable y lo desagradable. Lo distónico representa una experiencia útil, siempre y cuando, naturalmente, no se acumulen traumáticamente en exceso. Desde ellas, espoleados, se cambia en busca de las sintonías. La creatividad iniciará su proceso porque tiene una función que cumplir. Las distonías nos salvan en su doble papel de advertidoras e impulsoras con la memoria y la imaginación a su servicio. (21) La proyección imaginativa de las cosas nuevas que aparecen movidas, en un ámbito intrapersonal y en CO-REIDAD, si el organismo siente la necesidad de expresar que una distonía es eliminada y confirmar una sintonía conseguida. Mas, cierta necesidad o excitación carencial orgánica y conflictual es necesaria, porque desde el Bíos hasta el Cosmos, todo se mueve, entrechoca y cambia. Necesidad que , es cualquier situación abierta a la valoración para el comportamiento de la supervivencia en el organismo, donde el conflicto es valorado y no es choque insensible ni mecánico aunque muevan hacía el acto. Sentimientos de carencia que implican dependencia del exterior para satisfacerla, se trate de comida o de amor. Necesidades en cuya carencia el malestar y el desequilibrio se acentúan y que nos motivarán para el acto y tras su satisfactorio resultado nos sentimos re-equilibrados. De aquí que lo que un organismo aprende como tonus afectivo reactivo positivo es el bienestar tras el acto consecutivo de satisfacerlas o el malestar distónico se instaurará de nuevo. No es de extrañar los dos modos en que hasta ahora, según WELSH, G.S. (1973), se explica el por qué motivador del acto creativo. Para el primero, la creatividad encuentra sus fuentes en sentimientos ocultos e inaceptables. El segundo, ve la creatividad como la natural consecuencia de la realización y expresión del más alto potencial de los hombres. De acuerdo con esta última postura y admitiéndola, (22) si no se cumple el desarrollo personal como autorrealización, o bien la persona se neurotiza, desorientada, o bien se da paso a la auto-expresión en los actos creativos que harían, ante todo, emociones positivas y el tonus sintónico. La oscilación entre las emociones negativas con su correspondiente esfuerzo-tensión para solucionarlas (sentidas en la valoración cognoscitiva-emocional) y los valores sociales que pueden oponerse como prometedores de sintonías entran en conflicto. El conflicto, a través de las distonías, nos confronta con nosotros mismos y con los otros y se instaura en cualquier ámbito para lo evolutivo. 2.10.4.2.- Las cuatro distonías básicas.Para analizarlo intentaré resumir las distonías básicas que WUKMIR, V.J. (1960) estudió como generadoras de cambio y con las cuales se podría explicar la génesis de la creatividad. Las distonías básicas serían:
2.10.4.2.1.- Soledad.La distonía de la soledad está, como cualquier otra, profundamente enraizada en la biología. La Naturaleza nos hace individuos y distintos, únicos bajo nuestra piel, distintos por semejantes que parezcamos. La soledad es biósica, pero al par deseamos también biológicamente estar con el otro. Los términos de incomunicabilidad, de alienación hablan de ella en los ámbitos intra e ínter-personal. Como distonía que nos aísla y nos confina tiene su contrapartida en el profundo deseo del pertenecer, del "darse" en una relación social a una comunidad. Las correspondientes sintonías de no-soledad son paliadas en las interrelaciones y en el intra-grupo. La búsqueda del compartir, la con-vivencia es un sentimiento vital, hasta el punto que en ella adquiere pleno sentido la frase del Profesor SIGUAN, M. (1964) aplicada al hombre:
2.10.4.2.2.- La inseguridad.La distonía de la inseguridad también está en todos los niveles de la célula-organismo-persona. La constitución del organismo es oscilante. Depende de la relativa estabilidad de billones de células, donde un estorbo disfuncional y sistematizado en una sola de las mismas podría quitar toda certidumbre. La inseguridad, no obstante, es generadora de cosas nuevas. Lo seguro no favorece la supervivencia. Segura es la muerte e insegura la vida. Valiéndose de la creatividad, el hombre adquiere seguridad; inventando certidumbres, con ciencia, leyes, religiones, filosofías, arte, relaciones interpersonales e instituciones, etc. las palia. Ellas parecen más ciertas que la vida. La ilusión de la seguridad hace del funambulista un consumado corredor sobre el alambre. 2.10.4.2.3.- La inferioridad.La distonía de la inferioridad va desde las tremendas fuerzas naturales hasta el sentir más corriente por comparación en lo interpersonal. Desde lo cósmico, que sorprende en su magnificencia, hasta "el otro", siempre más que uno mismo, comparado objetivamente cuando se nace, acosa. El miedo, la angustia, son emociones que la acompañan. Pero el miedo al espacio no impidió volar y creando artefactos atravesarlos. La angustia ante la belleza del otro no impide obtener, o tratar de obtener, "otra belleza" y no sólo a costa de cirugías estéticas. Su cronicidad es manifiesta, pero la salida por lo creativo de ella también. Irónicamente, y gracias a ello, se habla de dominar la Naturaleza. Olvidando incluso que el hombre es también naturaleza y que en ello está la grandeza y servidumbre. 2.10.4.2.4.- La incomprensión.La incomprensión, para terminar, actúa también como distonía, pero su génesis es más a nivel de la persona que celular. Si las células reproductoras no comprenden los mensajes que envía el código genético puede ocurrir que nazcan seres deformes. Si la incomprensión actúa, lo que somos no se manifestará al otro. Tal y como se organice el tiempo, el egoísmo, el desinterés, la incomprensión actuará. Sólo con la comprensión, o en su grado máximo con el amor, es posible paliarla. Desde este sentido profundo, el impulso creativo surge en la extrema sinceridad y con el deseo de ser comprendidos. El tú-yo se convierte en Tuyo.
2.10.5.- Las distonías básicas en la creación.Las distonías básicas en la creación tendrían la función genérica, en el ámbito intrapersonal y como génesis de lo creativo, de conducir la invención, a la producción de cosas nuevas en los restantes. Sin ellas, en los ámbitos interpersonales o grupales, no tendríamos necesidad de buscar su expresión y comunicación. El sujeto/grupo ha de, con su comportamiento, transmitir lo incomunicado hasta entonces, una vez valorada la invención creativa o cosa nueva en la que está implícita la auténtica persona del autor/o carácter grupal. Con tal comportamiento creativo busca la liberación propia de las distonías de la soledad, inseguridad, inferioridad o incomprensión en una situación existencial "intra" personal o grupal. No importa, a partir de tal momento, que los valores sociales entren en conflicto con el nuevo valor. El ámbito "intra" alivió las distonías. Resolvió su conflicto interno. La creatividad salió a luz independientemente de la aceptación o rechazo del resultado. Podrá afectar a la persona o al grupo, pero no a la obra. Las distonías, ahora sociales, también tienen su papel en el cambio. De la acentuación de los mismos o de la atenuación puede depender la emergencia en muchos casos de nuevos creadores. Porque lo que al Bíos le es indiferente es si son muchos o son pocos y si es lento o acelerado el ritmo y participación de las cosas nuevas. La biología es permisiva y no cuenta los años por centenas. Las distonías básicas actúan como motivadores de un nuevo acto creador. Y del mismo modo que su origen biósico, está fundado también el entorno, precisamente porque existe y se siente en el plano de las vivencias, permiten ponerlas como origen de la creatividad. La articulación del modelo Bio-psico-social en ellas adquiere sentido pleno.
2.11.- LA VALORACIÓN Y LOS VALORES.2.11.1.- Introducción.Incardinada la creatividad en un origen Bio-psico-social, hemos de preguntarnos por su correlato que la define como tal y que sería el valor. A su vez, el correlato psicológico del valor es la valoración. Sí los actos creativos existen es porque una nueva valoración se da. Si se acomodan en el grupo como tales cosas nuevas, han de oponerse/complementar con su nuevo valor los existentes. (23) Los valores influyen en la valoración y viceversa. Por eso hablaré de su articulación en todos los ámbitos. No trataré de edificar aquí una axiología, sino que operativamente y, puesto que el concepto de valoración aparece unido a lo creativo, intentaré fundamentar su articulación Bio-psico-sociológica.
2.11.2.- Aproximación biológica.La primera aproximación será biológica: Cualquier organismo procede a su orientación vital valorando ( V ) los estímulos ( S ) antes de reaccionar ( R ) en el acto. En el mundo físico la acción y el efecto no han de ser valorados. Entre el S - R el mecanicismo o automatismo pueden darse en la reacción. En lo biológico y para su orientación, el organismo tiene que establecer una lista de aquellos valores más útiles para su supervivencia. Desde que nace puede distinguir entre lo útil y agradable y lo inútil y desagradable. Lo primero tiene más importancia y para ello el tonus afectivo reactivo quedará memorizado como positivo. Lo segundo y negativo dará origen al tonus afectivo reactivo negativo. Si no tuviese esta capacidad para diferenciar, de poder valorar en su jerarquía, la orientación del organismo no existiría. Existe una capacidad innata y ya demostrada para seleccionar un alimento que le beneficie, es decir, valorar, en el ''esto es bueno'' para mí. Este principio general es básico y válido para toda clase de necesidades. Todos los organismos se autogobiernan y autorregulan y, por lo tanto, son más autónomos que lo que se creía hace unas décadas. Las necesidades básicas son, probablemente, comunes a toda la humanidad y, por tanto, valores compartidos. Las necesidades idiosincráticas generan valores idiosincráticos gracias a la valoración. Biológicamente no hay valores en sí. Mediante la facultad valorativa el organismo tiene cierto poder, siempre relativo, de escoger y seleccionar, con un mayor o menor grado de libertad, frente a lo cuantitativo y cualitativo del estímulo. Memoria filogenética y ontogenética ayudarán a que todo acontecer-conocer sea valorado. El eje positivo-negativo = agradable-desagradable estarán depositados en la memoria. Los valores "operativos", llamados así por MORRIS, C.W. (1956), existen ya en la lombriz de tierra que, al escoger entre una rama lisa y suave y otra cubierta de lija, decide y opta por la primera y no por la segunda. Bajando a un nivel celular, la ameba valora en su "self" = me pertenece, o "non self", "bueno"-"malo" para mí. El recién nacido asigna al hambre un valor negativo y al alimento un valor positivo. Pero, cuando su necesidad de alimento está saciada, su valoración actúa y deja de comer. Algo que le era agradable y valorado positivamente luego lo rechaza. Gracias al tonus negativo grabado en la memoria tras el acto de comer en exceso, la indigestión le lleva a valorar de nuevo, esta vez negativamente, el alimento. Es todo un proceso cognoscitivo-emocional-valorativo que la sabiduría fisiológica guía "normalmente" haciendo selecciones adecuadas. El saber adquirido tiene una importancia primordial, pues lo agradable-desagradable orienta al organismo, que sería impotente o ignorante si entre la llegada del estímulo y el acto no se interpusiera habitualmente la función evidente de la valoración.
2.11.3.- El esfuerzo-tensión en la valoración.Valoración - cognoscitiva - emocional será en la célula-organismo-persona el esfuerzo necesario para conocer la cantidad y calidad del estímulo así como el estado de las propias fuerzas de reacción y determinar la posibilidad de aceptación o rechazo del estímulo, siempre en más o en menos, para la autoafirmación y supervivencia. Las energías potenciales del esfuerzo-tensión en la célula-organismo-persona sirven a la valoración para decidir si el comportamiento necesita más o menos desgaste de dicha energía. Son, como tales energías, inseparables de los fenómenos del Bíos. Capacita al organismo para soportar, aceptar y resistir estímulos. La tendencia innata es la disminución del esfuerzo-tensión entre el más o menos, pero siempre presente, pues el organismo nc puede funcionar sin un mínimo de desgaste energético, el cual es inmanente en cualquier manifestación de la vida. Quitando la semántica de lo "álgido", el término "patior" usado por WUKMIR, quedaría, parafraseando a DESCARTES, "patior ergo sum". Los valores positivos para el hombre significan menos desgaste del esfuerzo-tensión, una valoración cognoscitiva-emocional y un tonus, tras el acto, gratificante. La curiosidad, las experiencias nuevas son valoradas positivamente, son un valor. El niño conoce lo que le gusta y necesita para su evolución y desarrollo. Siempre que el estímulo se le presente y tenga posibilidad de elección su valoración se lo dicta. El valor está en su interior. Pero pronto, en las relaciones interpersonales, "los valores" sociales actuarán. 2.11.4.- Los valores simbólicos.Los valores simbólicos adquieren, introyectados, categorías. Lo agradable-desagradable sensorial es en la normativa societal considerado bueno-malo, aceptable o no. Si le gusta gritar, correr, etc., y le gusta experimentar y experimentarse, pronto se le instará para que no alborote. Va sustituyendo progresivamente su enorme curiosidad por una actitud pasiva y ordenada. Aprende valores de los demás que adopta como propios a través de las actitudes que el adulto, a quien ama y a quien necesita, le va mostrando. Cuando la actitud es negativa ante una valoración genuina del niño y que a él le es agradable, pronto olvidará su propio valor para adoptar el que se le índica como deseable, simplemente porque es el normativo. 2.11.5.-Valores "correctos".Los valores "correctos" se transmiten envueltos en actitudes positivas y la valoración da prioridad y maximiza lo emocional. El entrometido, preguntón, inquieto, "desobediente", pronto descubrirá que se le quiere más si se muestra apacible, callado, sumiso y "obediente". La confianza en sí mismo quedará bloqueada, empezará a depender de los demás y su auto-imagen será la de un niño "bueno"/"malo". Se instala lo que "debería ser" de la normativa, por "lo que es" de la valoración experiencial. 2.11.6.- La adquisición de valores.El sujeto va adquiriendo valores a través de: individuos o grupos e introyectándoles. El proceso de socialización consiste en eso. Adquiere valores que son "correctos" y los acepta como positivos gracias al amor, la aceptación y la estima que le pueden reportar. El esfuerzo-tensión en cada acto es menor una vez adquirido el valor social y reforzado positivamente, aunque a menudo la valoración "real y verídica" le advierte que existe discrepancia. A pesar de que no lo reconozca, entre la evidencia suministrada por su propia experiencia y estos valores recibidos estará siempre una re-valoración y la instauración de alguna distonía. Aquí puede empezar un acto creativo. La valoración cognoscitiva emocional reorienta y ayuda. Los viejos valores se contrastan y puede surgir un valor nuevo por la nueva valoración. Si la valoración es una posibilidad ya existente en el ámbito intrapersonal, también aquí son creados o valorados por la misma persona nuevos valores en la medida en que la elección es posible. Descubrirlos en nuestro interior e infundirlos por la cultura es crear, en parte por la valoración personal, en parte por los valores de la cultura. La co-reidad y la co-reidea servidas en la percepción están junto a valores culturales e interrelacionan siempre en los distintos ámbitos. Existe una orientación no sólo hacia el ámbito exterior, sino también hacia el interior. La valoración y el acto creativo surge y sirve no sólo para la instrumentalidad, sino también para uno en sí mismo. La labor teórica ha de tener esto en cuenta. De aquí que el medio, si bien es importantísimo para la creatividad y los valores que pueden surgir de la misma la ayudan u obstaculizan, es tanto o más importante la función del valor en nuestro medio interno, en nuestra propia individualidad biológica, como el medio externo en nuestra relación receptiva. La facultad valorativa hace que nuestro valor creado no tenga necesariamente que ser mimético reflejo del mundo exterior ni acomodación a él. En cualquier caso, el contraste con nuestros conocimientos y reacciones ordinarias es muy acusado sí la valoración "real y verídica" nos dicta una solución planteada por la imaginación creadora como posible. Los valores medios relacionados con un objetivo, respecto a su utilidad, atractivo, maldad o bondad, conveniencia o inconveniencia, nos reduce a percibir el mundo en función de nosotros mismos, convirtiéndose en medio para nuestros fines. Finalidades obviamente normativizantes y coaccionantes, impuestas con un poder normalmente coactivo, desde donde se nos dan los valores de control y juicio, condenación o aprobación, también sirven para distinguir entre el saber viejo ya adquirido y el nuevo saber. 2.11.7.- La persona creativa y los valores.La persona creativa siente la necesidad de tener un sentido de su destino personal servido por su valoración y de su valor. Sentido que le permitirá aceptarse a sí mismo como fuente de valores. Tolerar incertidumbres (distonías) y conflictos durante largo tiempo es tener fijos los píes en algún sistema de valores como valoración "real y verídica" (el autoconocimiento) alejado del orden convencional. Ello será condición imprescindible y necesaria para ser él mismo, expresarse creativamente, comprometerse o implicarse. Necesitará la valoración personal fiarse de su propia valoración cognoscitiva emocional para orientarse. Necesitará afirmar el "auto-concepto" de sí mismo, aceptar las nuevas percepciones y su peculiar manera de valorarlas. El medio externo puede aumentar innecesariamente el patior y acentuar las distonías. No obstante, si la valoración cognoscitiva-emocional , real y verídica, dicta el nuevo valor personal, el "pero se mueve" persistirá. En la creación artística esto es evidente. Lo individual es a la vez universalista. Es posible una contienda, tras el conflicto incluso solucionado, o una necesidad de soledad, ambas características y, al parecer, contradictorias actitudes del creativo. La valoración permite incluir una categoría dentro de la otra en una existencia simultánea, de acuerdo con la estructura integrada en la articulación de los ámbitos que se complementan, integran y sostienen mutuamente, puesto que ambos son valores experienciales y no hay otros. En los niveles de la persona, la valoración permite, adquirido por lo perceptivo del mundo exterior en la multiplicidad de la co-reidad, orientarse. Las valoraciones cognitivas-emocional es en la capacidad de su ejercicio puede reaccionar valiosamente en un doble sentido ante datos o situaciones nuevas: O con valiosa novedad ante datos o situaciones nuevas, o con valiosa novedad ante datos o situaciones ya conocidos. Su doble condición, valiéndose de la memoria y de la imaginación, permite que la nueva y valiosa cosa nueva tenga valor individual y pase a ser un valor social. (24) La mayor parte de nuestros conceptos no son quizás ni puramente ontológicos ni axiológicos, sino que representan realidades valoradas. Valorar creativamente supone conflicto frente a Valores ya establecidos. Para valorar es necesario el patior como energía del esfuerzo-tensión. MASLOW, A.H. (1976) en "El hombre autorrealizado" llega a escribir tajantemente:
Creo que el sufrimiento innecesario sería deseable que no acaeciera, pero la super-protección de todo sufrimiento o el intento de evitarlo implica o falta de respeto al individuo en su desarrollo futuro o falta de coraje para valorar real y verídicamente e implicarnos en una actitud de vida creativa. Las distonías son en sí también psicosociales y articulan el otro en mí y viceversa. Sin la existencia del otro no devendría soledad, ni inferioridad por término referencial, ni inseguridad por miedos, ni insatisfacción por comparación. Cuando en la confrontación entre nuestra valoración subjetiva y el valor psicosocial se produce conflicto o choque, o el individuo se somete a la noria del valor, se hace conformista, o contrariamente a la del conflicto se hace reformista y sale con éxito y reestructura o crea un nuevo valor, lo cual, experimentándose a sí mismo e impávido por su mismidad, formula como experiencia creativa. Puede que la liberación de sí mismo, huir de las distonías sociales, sea paradójicamente aumentarlas en el ámbito intrapersonal . Salir de la duda y la culpa en el ámbito interpersonal al aceptarse uno con una valoración real y verídica puede hacer que la autoimagen se torne positiva, que el choque interno pueda exteriorizarse y la batalla resolverse con la agresión del convencimiento y de la cosa nueva.
2.12.- EL FENÓMENO DE LA ARTICULACIÓN PLURALISTA DE LAS COSAS.2.12.1.- Introducción.El hombre conoce la diversidad de las cosas por la diversidad de sus sentidos. Estos le limitan y, como es bien sabido, un perro oirá más y un gato verá mejor. Lo que ni el perro ni el gato tienen aún son amplificadores tecnológicos, como el hombre, para oír y ver mejor. Ello es, sin duda, producto de la creatividad. Ciertamente, una mariposa encuentra y, por tanto, "comunica" con su maravilloso receptor del olfato, a otra mariposa su presencia a 14 kilómetros. Pero el hombre es capaz de comunicar a través de miles de kilómetros en sus mensajes. El "rey de la naturaleza" se queda sin corona en cuanto a su sensorio, pero se magnifica en cuanto a su capacidad de imaginación proyectiva creadora.
2.12.2.- La invención de los signos.El "Homo Imaginativus" es coetáneo al "Homo Sapiens" o al "Homo Faber", porque, al par que "Faber" y "Sapiens", si no antes, tuvo que inventar los signos. Es en el lenguaje donde se separa, evolutivamente al menos, la "educación" del mono y del niño con asombrosa rapidez. Con la función del lenguaje, el signo verbal permite un avance espectacular al ser humano y crea un nuevo universo donde sí que es el "rey". Logrado el invento del lenguaje la articulación psicosocial de la creatividad está asegurada. El etiquetar las cosas es función primordial del lenguaje. La denominación de lo que ve y siente es un invento humano que le permite categorizar, cosa que los demás animales no hacen. Una emoción puede ser matizada bastante bien a través de las palabras y con ellas se puede transmitir el sentir profundo. Pero, también por sus categorías se llega hasta donde ellas mismas limitan, a lo inefable. Así lo inexplicable, en el sentir y el valorar diferenciado, marca diversidad de lo admitido en códigos lingüísticos culturales. El lenguaje, una vez adquirido, restringe o amplifica la realidad, según el caso. Los campos semánticos unas veces dominan el mismo objeto con distintas palabras. Esto en los ambientes plurilingües es seguro. O bien, distintos objetos obtienen el mismo significante y sólo en su contexto sintagmático pueden entenderse. (25) El niño, en su aprendizaje lingüístico, sabe y diferencia las cosas de su entorno. Sus emociones agradables o desagradables las conoce antes que la palabra adecuada. Empieza su realidad en las cosas y luego las denomina. Sigue el principio de GALILEO: "Primero fueron las cosas, después el nombre". La variedad de las emociones y sensaciones subjetivamente sentidas es algo que a veces denominamos "cosa" u "otra cosa", si no sabemos el término o la explicación. Usamos dicha palabra cuando no encontramos la que sentimos adecuada o es inexistente. De aquí que, como en la creación lo que surja es inexistente en la realidad conocida hasta el momento, se la puede denominar genéricamente como la "cosa nueva". El lenguaje, como creación colectiva, está afortunadamente en continuo cambio. Afirmándolo así queda abierta la posibilidad de que, creando cosas nuevas y denominándolas, nuestra realidad cambie. Ello es necesario, porque también nos convierte al par en prisioneros del viejo saber acumulado y ni vemos ni oímos más que parte de nuestra realidad, la que ya han denominado y clasificado. Lo demás, todo lo demás, parece inamovible. No es poco lo que sentimos que no sabemos decir, porque la categorización y los -valores sociales actúan en la percepción. El mundo de los sentidos, aunque limitado, nos capacita para mucho más; la cultura, al seleccionar los estímulos, nos incapacita para aprender globalidades. El mundo proporcionado por los sentidos y de su conocimiento es, en conjunto, el vasto mundo de las cosas y de la reidad, incluyéndose el hombre. Reidad, operativamente, reúne en sí todas las cosas que son conocidas y las que aún son desconocidas, las que denominamos y las que, aunque conocidas, por no saber cómo expresarlas, tenemos que callar, o incluso si así ocurre, la reidad está en el interior, sin ir quizás a la concienciación. La percepción a través del sensorio les sirvió. Entraron sigilosamente en co-reidad, junto a cualquier otra cosa, por arriba, abajo, detrás o delante, a los lados o dentro de la misma como una co-cosa. En el lenguaje está quizás justificado un cierto reduccionismo terminológico, por comodidad. De aquí en adelante, si no advierto lo contrarío, siempre que diga cosa equivale a co-cosa. Es útil, para huir de la complejidad discriminatoria, hablar de cosa nueva. Más también es útil, si quiero avanzar en la explicación del modelo propuesto, explicar lo que podría llamarse con el prefijo "CO" o la articulación pluralista de las cosas. La noción de la Reidad es operacional y antropológica. Físicos y biólogos cada vez aúnan más sus fronteras en la realidad. Admiten sin ambages la existencia de muchas otras cosas en la realidad que aquellas a las que tecnologías muy sofisticadas aún no llegan o a las que los conocimientos actuales sólo hipotéticamente alcanzan. En el supuesto que se llegara a la última posible cosa casual se tropezaría con el primum movens. De otra forma, será siempre una co-cosa en sus causas. El átomo es un gran todo, un mundo de co-partículas. Admitiendo tal progresiva co-reidad, los físicos sé preocupan de cómo se mantiene junta esta parte de la reidad y le dan nombres como "fuerte" y "débil", interacción o interconexión, o efecto mutuo constante, para explicar sus con-juntos. Las teorías del "éter" y del "vacío" empiezan a desaparecer; se trata tan sólo de la mayor o menor densidad de las co-cosas, dentro de la cual otras co-cosas y sus estructuras se mueven. El modo de pensar está cambiando; el prejuicio de que algo es una cosa u otra en el modo de pensar común, no es válido ya en física. En la biología no existe tampoco el vacío. La célula, que fue denominada así por creer que estaba vacía, aparece hoy como un micro-universo. Puede parecer una ironía pensar que, el doblete "celda-célula" = vacío, están tan llenas. El concepto de reidad, fuera de la ciencia, no pone fronteras a la Imaginación Creadora.
2.12.4.- El fenómeno "CO".El fenómeno "CO", simplificándolo, no es tan original como parece. Como prefijo o preposición tiene una larga tradición semántica, equivalente a "con". Indica unión, compañía (co-causado, co-heredero, traer con, llegar junto). En teoría de los conjuntos, pertenencia, unión, intersección. "CO" es denotador de un origen psicosocial aplicado a las personas. Cualquier individuo adquiere características grupales con tal prefijo. Lo que es una operación en el ámbito intra personal adquiere su pertenencia en cualquier otro ámbito social aplicándole el prefijo y convirtiéndose en co-operación. SPEARMAN, C. (1931) emplea el término de "trasfer" como principio explicativo del pensamiento creador o "neogénesis". Supone que las relaciones son conocidas y luego transferidas a otros sistemas. Es apasionante saber que el hombre interpreta, es decir, percibe y valora por la percepción bio-psico-social y en ella está el fenómeno "CO". El hombre nunca percibe tal y como hubiesen deseado los psicofísicos, en una dimensión o una sola cosa. Los procesos valorativos tienen su base en el sensorio y en las categorizaciones. Es limitado y al par no puede operar, para su recepción de estímulos, aisladamente. Carece de dispositivos que le permitan aislar una sola cosa, singular y no compuesta, aislada como última o primera. Tiende a ello por comodidad y por cultura, tal como preconiza la Gestalt, pero el sentir es siempre compuesto. Cuando se afirma "he visto una cosa" o "dos caras" en el clásico experimento sobre figura y fondo, se está simplificando y esquematizando. Percibimos selectiva y electivamente. La prisa y la pereza se imponen en las percepciones. Categorizamos. Al lado del "he visto" se ve mucho más que lo que creemos o de lo que afirmamos ver. El "fondo" de la figura gestáltica, aunque esté como tal, también existe. No lo vemos hasta que enfocamos nuestro interés hacía esa realidad para permitir otra forma hasta que cambien de actitud. La vivencia global captó más cosas que entraron juntas. En la memoria quedará lo que penetró ópticamente, (26) porque una cosa nunca es autónoma ni independiente, ni simple, ni carece de conexiones en su contexto. La interconexión, en sintaxis, es orden, pero nos indica que cada palabra está determinada por sus co-palabras, al modo que cada fonema adquiere significado en sus co-fonemas referenciales. Si existe orden es porque existen co-cosas. Los objetos se diferencian pluridimensionalmente y la percepción es tan de pertenencia fisiológica como social.
2.12.5.- CO-REIDAD y CO-REIDEA.Sobre el fenómeno de la articulación pluralista de las cosas, co-reidad, está basada la percepción, y la co-reidea en la percepción psicosocial . Los procesos valorativos tienen su base en el sensorio y en las categorizaciones. Insistir obstinadamente sobre ello es porque puede ayudar a la comprensión de la línea preconizada por el asociacionismo, gestaltismo, en cierto modo freudismo y cibernética. Así en el asociacionismo el pensamiento divergente, en el gestaltismo la reestructuración al cambiar del fondo a la forma o viceversa, el freudismo al poder almacenarse en el preconsciente y en la cibernética al proponer el establecimiento de relaciones entre sistemas abiertos y cerrados. El fenómeno implica que podemos valorar cosas nuevas porque entraron en co-reidad o co-reidea desde la más vasta reidad. (27) Lo que de la co-reidad entra en la posesión de la memoria y queda transformado en signos es mucho más y siempre sobrepasa lo que necesitamos. Los actos inmediatos de la orientación vital momentánea han de regirse por la economía. El signo mnésico es más fiel a lo actual y a lo real concretamente vivenciado que lo que la persona utiliza selectiva y electivamente, como nos demuestran los fenómenos de la percepción entendidos en una amplia concepción psicosocial. La vivencia global valora como urgente o suficiente en su constante prisa por vivir. El término que caracteriza al fenómeno "CO" puede tener evidencia axiomática. Si la realidad existe es por la existencia real y efectiva de una cosa. (28) Introducir el neologismo co-reidad me es necesario, porque hablar de cosas ya sería hablar de co-cosas y para explicar lo que creo francamente que existe como fenómeno funcional y operativamente, necesitaré el término co-reidad y co-reidea aplicables a la percepción en los distintos ámbitos intrapersonal e interpersonal. Tratando de precisar un poco más semánticamente, co-cosa sería: Conexión e interconexión de formas sin significación hasta que adquieren más forma y devienen significativas. La cosa es el elemento último de la realidad incluso en su atomización. De co-cosas sin valoración se nutre el universo de los objetos. Su utilidad vital es la capacidad de adquisición del significado experiencial. Estaría en los ámbitos sub y supra categoriales de nuestro modelo. En el ámbito intrapersonal los últimos estratos bioquímicos se aunarían como cosas en la realidad física de lo cosmo-biósico, cerrando así el giro conceptual del modelo bio-psico-sociológico en las meras formas de cosas objetuales. Del mundo de co-cosas se nutre la co-reidad y de ella sale la cosa nueva junto con la co-reidea para hacerse su lugar en este mundo de nuevas significaciones. (29) 2.12.6.- La imaginación reproductiva y creativa.Sobre la articulación pluralista de las cosas descansa la imaginación reproductiva y creativa. La primera actúa en el nivel de la costumbre o de la habilidad reproductiva, sobre la base de la vinculación usual asociativa. La segunda relaciona entre sí unas dimensiones hasta entonces lejanas (KOESTLER. A. 1964). La imaginación creativa, según LABORIT, H. (1970), "no crea probablemente nada", se limita a descubrir una relaciones de las que el hombre no tenía ninguna conciencia. De allí sale la cesa nueva. 2.12.7.- La "cosa nueva".La "cosa nueva" surge en conexión con la correidad y con la correidea, implicando que ella también está abierta a las co-cosas en su devenir. Cualquier creación es una cosa nueva, que no ha sido conocida por el valorante creativo ni por el patrimonio común. Por lo tanto, tiene su condición especial de nacer en la valoración personal que ofrece un cambio al valor viejo. De aquí que, al no ser un aprendizaje normativizado, la inteligencia o la imaginación reproductiva sea insuficiente. Para la imaginación creativa es necesario el fenómeno de la articulación pluralista de las cosas. Servido en la percepción, la invención está potencialmente a la disposición de cualquier miembro de la comunidad. 2.12.8.- La creación.La creación sería el comportamiento humano por el cual la persona individual consigue o intenta expresar la cosa nueva, valiéndose en esta proyección imaginativa de invención de un aspecto nuevo de la correidad experimentada, de la verdad subjetivamente valorada sobre el sentir que la imaginación creadora como estímulo produce y de la expresión adecuada de ésta, poniendo en el mundo circundante cosas nuevas o reservando tal comportamiento para la expresión de su autodesarrollo como persona. 2.12.9.- La creatividad.La creatividad la concibo como un proceso central en el normal comportamiento humano. Su función sería favorecer la conservación y la evolución de la especie. Como facultad, valiéndose de la proyección imaginativa de invención, produciría un comportamiento de maduración personal (auto-creación) y, con la expresión adecuada de la misma, una cosa nueva en el mundo circundante. Como base para tal competencia, encontramos:
2.12.10.- Su diferenciación de la facultad intelectual.Se diferencia la creatividad de la facultad intelectiva en que ésta pasa del primer estadio al tercero por la simplificación y precipitación que el pensamiento convergente o cosa conocida, la percepción y los valores imperantes le imprimen. Ello no le permite valorar en extensión afectiva/efectivamente el nuevo y posible germen creativo para la cosa nueva. Dicha cosa nueva o invención necesitará de la inteligencia y la intuición. Su emergencia hace necesaria la atención a la angustia producida por las distonías. Psicosocialmente, para su maduración como persona, el ser humano necesita que el sobrante no conocido y recibido perceptualmente en co-reidad y co-reidea se le patentice. La rutina en lo biológico y en lo social se contenta con lo ya conocido del saber viejo. (30) La invención, como fenómeno, está potencialmente a la disposición de cualquier miembro de la comunidad, no está substraída a su deseo y mando. No existe aprendizaje de la creación. Existe educación de la misma, posibilitadora de que ella ocurra. En este sentido, educar ("educere" = sacar fuera) es el potencial creador. Es un proceso de autorrealización, de crecimiento, de maduración o de libertad . Se confunden frecuentemente educación y enseñanza. Enseñar es "docere", "conducir". En nuestro actual sistema de enseñanza así lo denominamos. Toda la carga de conducción, unida al aprendizaje, es lo prioritario. El docente muestra algo al discente y se le demuestra normalmente para que el discente lo aprenda.
2.13.- A modo de resumen.
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NOTAS: (20) WUKMIR, V.J. (1960, p. 421) define "patior" como:
(21 ) Las obras de LIEBERMAN, J.N. (1977), SUTHERLAND, M.B. (1971), SINGER, D.G. & SINGER, J.L. (1977) son una buena referencia que indico para el tema de la imaginación y en especial para el desarrollo de la misma en la educación. (22 ) La persona conforme transcurre su experiencia tiene que aprender una serie de estrategias y desarrollará una actitud de confianza si su "rendimiento" tuvo éxito en el pasado. Un fracaso repetido puede desanimar y la persona pensar, sentir o creer que está derrotada de antemano. De ahí la importancia de las emociones positivas y el tonus sintónico. Los propulsores de las emociones negativas, en general, están dentro de la línea psicoanalítica. Ponen el énfasis en factores tales como la agresión, la hostilidad, la ansiedad, fuerzas destructivas, necesidad de sustitución, en la culpa, en la sublimación u otros clásicos conceptos freudianos. Son dos conceptos que poseen en su interior dos filosofías sobre el hombre, la optimista y la pesimista. (23 ) MOLES, A. & CAUDE, R. (1973, p. 44) dicen:
(24 ) La representación social la considera MOSCOVICI, S. (1969, p. 11) como un sistema de valores, de nociones y de prácticas que tienen una doble misión: Instaurar un orden que da a los individuos la posibilidad de orientarse en el entorno social material y dominar lo y asegurar la comunicación entre los miembros de una comunidad proponiéndoles un código para sus intercambios y un código para nombrar y clasificar de manera unívoca las partes de su mundo, de su historia individual y colectiva. (25 ) Sobre el problema, véase SIGUAN, M. (1976). (26 ) El campo de la "psicofísica" al descubrirnos cómo relacionamos la magnitud de las sensaciones nos lleva a la valoración. En la delectación de señales entra el criterio de decisión de los sujetos y ello nos ayuda a comprender cómo valoramos las sensaciones. Por otra parte, sabemos cómo se describen las percepciones y cómo éstas son formadas casi instantáneamente en figuras presentadas en que la imaginación suple lo que vemos haciendo la tarea más simple (GREEN, R.T. & COURTIS, M.C. 1969, p. 243). (27 ) En esta tesis es básico el sistema oréctico, propuesto por WUKMIR, para la valoración y su posterior explicación para la articulación por la percepción psicosocial en el modelo por mí elaborado, ya que con él se explica la articulación de la creatividad en los diversos ámbitos. (28 ) Cosa, del latín causa, se define en suma:
(29) He usado el prefijo "CO" por la semántica social tanto como por el "al lado", "junto a" del principio asociacionista. La capacidad integradora es una de las notas distintivas en los creativos. Esta capacidad de integración está dentro de la persona, ámbito intrapersonal. En la medida que la creatividad es constructiva, sintetizante, unificante, abarca también los ámbitos intra-inter grupales en su capacidad integradora. (30 ) Cada vez categorizamos más a medida que se avanza en las enseñanzas, con el peligro que, a su vez, se incluye en el categorizar ampliamente, pues perdemos en la información que la reidad independiente da a nuestra percepción. Si no se puede aislar una opinión relativa a un objeto y de la representación que le confiere una inteligibilidad, es porque el objeto mismo no está aislado, sino que se sitúa en un contexto social donde el individuo se hace precisamente una cierta representación como esquemas dinámicos que orientan sus reacciones. |
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