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¿Cuál es el objeto de estudio de la psicología?E. Barrull, 2000. Cuando estudiaba la carrera de psicología me enseñaron que la psicología tenía como objeto de estudio el comportamiento humano. Entonces me pareció adecuada esta idea y nunca pensé que podría ser incorrecta o falaz. Hoy en día, cuando les pregunto a mis alumnos de psicología qué es lo que define a la psicología, todos me responden unánimemente que la psicología estudia el comportamiento humano (CH). Por CH debemos entender no sólo los hechos observables externamente, es decir, los actos y acciones que todos podemos observar y que podemos, de algún modo, medir y cuantificar objetivamente, sino también los hechos de la experiencia subjetiva (emociones, pensamiento, prejuicios, valores, etc.) que, por el momento, no los podemos observar de un modo objetivo. La razón estriba en que ambos tipos de hechos tienen su origen en la actividad eléctrica del cerebro. Parece que todos los psicólogos están de acuerdo, y, sobre todo, satisfechos, con esta definición o alguna parecida (el estudio de la mente humana, de la psique humana, etc.). Lo curioso del asunto es que esta definición es del todo inapropiada para definir una disciplina como la psicología y las razones son tan evidentes que a uno casi le da vergüenza exponerlas en público. De hecho, los psicólogos ya tenemos muy mala fama y esta reflexión no va a contribuir a mejorarla. Seguro que el lector pensará que no existe la mas mínima duda de que la psicología estudia el CH y no voy a ser yo quien contradiga tamaña evidencia. Sí, la psicología estudia el CH, pero resulta que no debemos olvidar que la economía, la pedagogía, la antropología, etc., también lo estudian. Es decir, todas las ciencias del comportamiento humano estudian, evidentemente, el CH. Así pues, definir la psicología como la ciencia del CH es cometer un error elemental de definición. Definir una cosa es proporcionar una descripción de las características esenciales que nos permiten distinguirla de todas las demás. Si queremos definir lo que es una mesa diremos algo que nos sirva para distinguirla de un lápiz, una silla, un avión, etc. Pero si lo que decimos para definirla no nos sirve para diferenciarla de otras entidades, entonces nuestra definición es del todo inapropiada. Así pues, definir la psicología como el estudio del CH no nos sirve para distinguirla de las otras ciencias humanas ya que todas estudian, también, el CH. Mis alumnos no tienen gran dificultad para darse cuenta de que la economía estudia el CH en tanto que influye en los fenómenos asociados al dinero. Producción de bienes, distribución, comercialización, organizaciones empresariales, mercados financieros, etc., son fenómenos que resultan del CH. Todos estos fenómenos en los que el ser humano persigue, en última instancia, la obtención de dinero, en cualquiera de sus expresiones, son objeto de estudio de la economía. Ahora bien, cuando les intento hacer ver que una selección de personal para una empresa es, por tanto, también objeto de la economía, entonces se disgustan realmente conmigo. Aunque reconocen que el objetivo de toda selección de personal es conseguir un mayor rendimiento económico de la empresa, es decir, hacer más dinero, siempre han creído que tal tarea es objeto propio de la psicología. Tampoco tienen dificultades para darse cuenta de que la pedagogía estudia el CH que interviene en los fenómenos del aprendizaje. Pero esto es sólo en un primer momento. Enseguida se dan cuenta de la barbaridad que acaban de admitir. ¿Qué pasa con Pavlov o con Skinner? ¿son psicólogos o pedagogos? Darse cuenta de que la pedagogía no tiene otro objeto de estudio que el aprendizaje humano les borra de un plumazo la mitad de lo que ellos, hasta ahora, habían considerado como propio de la psicología. En estos momentos, su seguridad acerca de lo que es la psicología empieza a tambalearse, aunque aún les falta lo peor. Su perplejidad aumenta cuando les pido que reflexionen sobre la lingüística. Efectivamente, enseguida reconocen que la lingüística estudia el CH directamente responsable de la comunicación humana, incluyendo tanto la comunicación verbal como no verbal. Lo mismo ocurre con la antropología, que estudia el CH relacionado con la cultura humana; la sociología, que estudia el CH relacionado con los grandes sistemas de organización social; la historia, que estudia la evolución del CH en el tiempo o la epistemología, que estudia el CH implicado en la producción del conocimiento científico. Aunque no están dispuestos a admitirlo, su cerebro no puede evitar la incomodidad de definir la psicología simplemente como el estudio del CH. Cualquiera puede apreciar que esta definición es del todo incompleta, que le falta algo. La psicología es una ciencia que estudia el CH relacionado con algo, y eso será lo que la distinga realmente de las demás ciencias del CH. Para comprender la naturaleza del problema, recapitulemos de un modo más gráfico y resumido. El cuadro de las definiciones de las ciencias del CH podría expresarse así:
Si dejáramos vacío el apartado "relacionado con ..." de la psicología, entonces estaríamos diciendo que la psicología es la ciencia fundamental del CH, de la cual derivan todas las demás. Es decir, todas las ciencias del CH serían subdisciplinas de la psicología. Mis alumnos comprenden rápidamente que tal posibilidad no tiene ningún sentido. Quizás, la ciencia que podría ser la base de todas las ciencias del CH sea la neurología, si consideramos el hecho de que todo el CH es la manifestación externa (objetiva) e interna (subjetiva) de la actividad electroquímica del cerebro. Es decir, tanto el comportamiento económico, como el pedagógico, el cultural, etc., son manifestaciones de la actividad física del cerebro. Por tanto, deberemos ser capaces de concretar cuál es el aspecto del CH que define de un modo específico el objeto de estudio de la psicología. Debemos buscar un objeto de estudio que sea único para la psicología, de modo que la distinga de las demás ciencias del CH. A alguien se le podría ocurrir decir que la psicología estudia los aspectos subjetivos del CH, es decir, las emociones, los pensamientos, los valores, los prejuicios, etc. Pero esto tampoco nos sirve ya que la actividad subjetiva también influye y determina nuestros comportamientos económicos, de aprendizaje, culturales, de comunicación, etc. Piénsese sólo en la influencia de la subjetividad en las subidas y bajadas de las bolsas de valores, por ejemplo. En este momento, cuando la confianza de mis alumnos en la definición tradicional de la psicología ya no se sostiene, alguien dice tímidamente: "la psicología estudia la patología humana", o algo parecido. A costado, pero al fin alguien empieza a darse cuenta de la situación. ¿Qué le puede quedar a la psicología como objeto de estudio propio que no trate ninguna otra ciencia del CH? ¿qué problemática fundamental del ser humano no abordan las otras ciencias del CH? La respuesta en tan evidente y elemental que siempre me estremezco de vergüenza al tenerla que formular: la salud del ser humano. Algo tan importante y fundamental para nuestra existencia. Los problemas de la salud humana son un buen candidato para definir a la psicología, ya que nos permite distinguirla claramente de las demás ciencias del CH. Ahora bien, ¿no podríamos encontrar otro tema? Personalmente, no soy capaz de encontrar otro objeto de estudio, otro tema u problemática que sirva para distinguir a la psicología de las demás ciencias del CH. Evidentemente, si alguien lo encuentra, debería revisar este planteamiento con mucho gusto. Quedo abierto a cualquier sugerencia en este sentido, puesto que es de suma importancia que los psicólogos lleguemos a definir con suficiente claridad y precisión el objeto de estudio de nuestra disciplina. A falta de otros candidatos, podemos darnos cuenta que son, precisamente, los fenómenos relacionados con la salud humana los que definen el objeto de estudio de la psicología de un modo específico y distinguible de las demás ciencias del CH. Ninguna otra ciencia del CH se interesa, de modo prioritario, por la salud humana. La psicología es, por tanto, la ciencia que estudia la influencia del CH sobre la salud humana. Claro está que esta definición, que aclara perfectamente lo que es la psicología, disgusta a muchos psicólogos, pero esto no cambia las cosas. La situación de la psicología se clarifica, tal y como podemos comprobar si completamos el cuadro anterior:
Ahora la psicología aparece en su lugar correcto (y distinguible) dentro del conjunto de las ciencias del CH. No existe ningún conflicto entre la psicología y las otras ciencias del CH. Cada una tiene su lugar y su espacio. Además, esto es lo que la gente de la calle espera de la psicología, es decir, que les ayude a resolver los graves problemas de salud que padecemos y en los que la medicina no alcanza a actuar. Esto no significa que los psicólogos no debamos aprender de las otras ciencias del CH, todo lo contrario. En la problemática de la salud, intervienen factores económicos, culturales, comunicativos, de aprendizaje, etc. Debemos interesarnos por todos los aspectos del CH que tengan incidencia en la salud humana. Pero el hecho de estudiar temas de aprendizaje, de comunicación, de cultura, etc., no significa que sean objeto de la psicología. Son objeto de la pedagogía, de la lingüística, de la antropología, etc. Es decir, una parte de la formación del psicólogo debe basarse en estudiar pedagogía, lingüística, economía, sociología, antropología, etc., y viceversa. El CH es infinitamente amplio y complejo, ya que nuestra especialización reside en el cerebro. Es tan complejo, que es imprescindible que sean muchas las ciencias que aborden los diversos aspectos del mismo. La psicología es una de ellas y se especializa en todo lo que se refiere a los aspectos del comportamiento que afectan a la salud humana. De ahí que la psicología esté muy próxima a la medicina, pues comparten el mismo objetivo, aunque abordándolo desde puntos de vista distintos y complementarios. Por ello, la psicología es, también, una ciencia de la salud. Nada me parece más coherente y aclaratorio que esta definición, y no puedo llegar a entender cómo los psicólogos siguen empeñándose en la definición tradicional. Sólo puedo pensar en motivos profesionales o económicos para comprender su postura. Definir de un modo ambiguo a la psicología permite abarcar un gran número de trabajos, dada la falta de demanda de psicólogos en el área de la salud. Pero no saber definir con precisión nuestra propia disciplina no contribuye en nada a salir de nuestro desprestigio social. Dejemos, de una vez por todas, bien claro cual es el objeto de la psicología, tanto para nosotros mismos como para el resto de la comunidad científica y el público en general, y tratemos de ser consecuentes con ello. No queramos resolver los problemas de las demás ciencias del CH cuando aún nos queda mucho por hacer por lo que respecta a la salud humana. Dediquemos nuestras pocas fuerzas a lo que ninguna otra ciencia del CH tratará, y dejemos que ellos aborden sus tareas propias. No olvidemos, pues, que
El objetivo fundamental de la psicología es contribuir a la salud humana, investigando en qué medida el comportamiento humano puede ser causa, directa o indirecta, del padecimiento de todo tipo de enfermedades y problemáticas que afectan a la salud del ser humano (véase ¿Puede ser el déficit afectivo una causa de enfermedad?). Perseguir cualquier otro objetivo significa invadir las competencias de otras ciencias del comportamiento humano, abandonando las responsabilidades propias de la psicología. |
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