"La desamortización de Mendizábal en la provincia de Zaragoza (1836-1851)". P. Marteles, 1990. (pmlemr@gmail.com)
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6.6.- LUGAR DE LAS SUBASTAS Y FORMA DE PAGOLos CUADRO Nº 149 y Nº 150 distribuyen las fincas y demás datos por los lugares en que fueron subastadas (sin especificar en qué lugar se pujó más alto) y la forma de pago de las fincas. El dato de número de compradores no es exacto en el sentido de que bastantes compradores (no lo hemos controlado) pudieron intervenir en varias de las cuatro modalidades establecidas. En el cuadro, cada comprador aparece una sola vez y adscrito a la modalidad a que corresponde la primera finca que adquirió (fuese o no rematante). El primer cuadro se ocupa de todas las fincas de la provincia y el segundo solo de las adquiridas por los que hemos denominado "grandes compradores", es decir, los que forman el 25% (283 casos) que más compra del total de 1.133 compradores después de ordenarlos por el valor de remate de todo lo adquirido por ellos. La distribución se ha hecho considerando todas las fincas del clero regular como pagadas en papel de la deuda y si su valor inicial era superior a 20.000 como subastadas también en Madrid. Con las fincas del clero secular el proceso es más complicado pues era obligado que se pagaran a papel y subastaran también en Madrid las del municipio de Zaragoza con un valor inicial superior a 30.000rs, las de Tarazona, Calatayud y Caspe que superaran los 20.000rs y además todas las fincas de cualquier otro municipio de la provincia que sobrepasara los 10.000rs en valor de anuncio. Con respecto al total de fincas (cuadro 149) tan sólo las importantes fueron objeto de doble subasta en Madrid y Zaragoza ascendiendo su número al 7.9% del total. Sin embargo, su valor en renta aumenta hasta el 40.2% y en remate hasta el 47.5% del total desamortizado. En los Registros de Ventas que constituyen nuestra fuente no se indicaba si el rematante había sido el mayor licitador de un sitio u otro y por consiguiente no podemos conocer ni contrastar los resultados de las pujas en un lugar u otro. De todas formas, no deja de ser curioso que las fincas del clero regular con doble subasta en Madrid resulten con un porcentaje de "adquiridas por un comprador de fuera del partido judicial de la finca" bastante inferior que las que se subastaron sólo en Zaragoza. Lo que sí parece evidente es que el hecho de que se subastaran también en Madrid aumentó las mejoras de cotización en subasta. Pero no sólo eso sino que comparando la cotización de las del clero regular y secular subastadas en Madrid, se observa que es sustancialmente mayor la del clero regular. Dado que ambas se pagaban en papel, siguiendo la explicación tradicional tendríamos que deducir que las del clero secular eran de peor calidad y por eso menos deseadas por los compradores. Sin embargo, creemos que eso sería erróneo y que la clave debe buscarse en la diferencia de modalidad de pago de plazos que regía para un clero u otro. Al ser más duras las condiciones de pago (menos plazos) en las fincas del clero secular lo normal es que ello repercuta en lo que se está dispuesto a pagar por las fincas. Y en el caso de las que se pagaron a metálico el porcentaje de mejora es concluyente: tan sólo un 111.8%. Es decir, que en conjunto los compradores de a metálico sólo aumentaron en un 11.8% el valor de lo subastado. Ante ello cabe preguntarse si se trata de que las fincas eran de mala calidad o más bien que la compra no era de ningún modo un buen negocio, pues el comprador iba a tener que estar durante 20 años pagando a metálico unos plazos que en principio eran algo superiores al metálico de las rentas que se podían obtener con su adquisición. Para explicar las compras del clero secular a metálico sí que habrá que recurrir, probablemente, a la metodología propuesta por Tomás y Valiente (1982) en las "Jornadas sobre Desamortización y Hacienda Pública" de Santander en las que predicaba la necesidad e importancia de abordar los problemas humanos de carácter psicológico y moral ligados a la desamortización. Frente a la vieja idea del gran negocio, creemos, efectivamente, que había que tenerle mucho cariño a un pedazo de tierra del clero secular antes de decidirse a comprarlo. Con respecto a las fincas adquiridas por los "grandes compradores", un 68.1% del total, su presencia ponderada es más importante en los bienes de doble subasta. Las compradas a metálico por ellos estaban en gran parte (61.5%) fuera del partido de su vecindad y obtuvieron una mejora ligeramente inferior. Del total de fincas pagadas a metálico, que constituyen el 26% de las desamortizadas, los compradores importantes se hicieron sólo con el 10% de ellas. |
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