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"La desamortización de Mendizábal en la provincia de Zaragoza (1836-1851)".  P. Marteles, 1990. (pmlemr@gmail.com)

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8.1.- LOS GESTORES: AUTORIDADES CIVILES, MILITARES Y ECLESIÁSTICAS

A pesar de que no se aspira a ser exhaustivo en la relación de personas que se ofrece en este apartado, no hemos querido renunciar a presentar los nombres de todos aquellos que de una manera u otra nos han ido apareciendo, a través de la documentación y la bibliografía, como responsables de tareas y gestiones llevadas a cabo en conexión con el fenómeno desamortizador.

Algunos de los nombres proceden o aparecen igualmente en los trabajos de JIMÉNEZ (1979), FRANCO DE ESPÉS (1981) e ÍNIGO (1983) pero en la mayoría de los casos son el resultado de identificar sus firmas en la documentación de archivo utilizada procedente de fondos de la Diputación Provincial (comunicaciones dirigidas al Jefe Político y al Intendente), del Diocesano (oficios dirigidos al Gobernador Eclesiástico por la autoridad civil) y de la Sección de Hacienda del Histórico Provincial (comunicaciones al Intendente, Contador, al Comisionado principal y a los subalternos así como documentación de contabilidad). Con esas fuentes, lógicamente, no se puede intentar una cronología exacta de los períodos de mandato o gestión de cada sujeto que se cite.

De los tres ámbitos que acabamos de mencionar únicamente cabe calificar realmente de gestores a los últimos, pero hemos incluido a los otros dada la constante presencia de ambos tanto en la turbulenta vida política de estos años (Juntas de 1835, 1836, 1840, 1843), como en la composición de las diversas comisiones y Juntas Provinciales que se constituyeron para impulsar y controlar el proceso desamortizador (de Enagenación de Conventos, Especial e Inspectora de los bienes y rentas del clero secular, etc.).

La característica más importante que quisiéramos resaltar como definitoria de estos años (1835 a 1845 aproximadamente) es la extraordinaria movilidad y relevos que se producen en los cargos militares y civiles frente a lo que ocurre en el gobierno eclesiástico y las oficinas de hacienda en las que apenas se producen cambios.

a) AUTORIDADES MILITARES:

Los cargos más destacados son el de Capitán General de Aragón y el de Brigadier 2º Cabo, especie de gobernador militar que le sustituye en caso de ausencia. Su actuación cobra una mayor trascendencia mientras duró la guerra civil. En 1835 el Capitán general es D.Antonio María Álvarez, responsable de la salida del Arzobispo. Tras las asonadas de abril y julio, el 9-7-35 se presentó en Zaragoza con ordenes de relevo y asumiendo el gobierno civil el Mariscal de Campo D.Felipe Montes. Dos meses después, la Junta Revolucionaria le destituye y nombra al Brigadier aragonés D.Francisco Ocaña que a finales de agosto estaba actuando como presidente de la Junta. Una vez instalado Mendizábal en el poder el 19-9-35 se nombra para el cargo al general Palafox.

Jiménez (p.182) dice que en octubre de 1835 se nombró para el cargo a D.Francisco Serrano y que al año siguiente ocupó la capitanía interinamente el Barón de la Menglana. En 1837 aparece al frente D.Antonio Quiroga y como brigadier D.Luis del Corral. En agosto se nombró (se incorporó en noviembre) a D.Santos San Miguel para la capitanía y no mucho después, en enero de 1838 aparece D.Marcelino Oráa. Tras los sucesos del 5 de marzo vuelve a aprecer interinamente el Barón de la Menglana hasta la incorporación de D.Santos San Miguel a quien sustituye en junio de 1838 D.José Fermín Conget y a éste D.Tiburcio Zaragoza en 1840

b) AUTORIDADES CIVILES.

AYUNTAMIENTOS

Con respecto al Ayuntamiento de la ciudad de Zaragoza, JIMÉNEZ (1979,p.125-29) ha publicado las listas de regidores entre 1833 y 1840 y aunque podría hacerse alguna puntualización sobre su dedicación profesional, lo más digno de destacar es la curiosa sucesión de alcaldes que hacían profesión de revolucionarios a la vez que actuaban como administradores o apoderados de diversas casas nobiliarias con implantación en la provincia.

JEFE POLÍTICO

La figura más importante a nivel provincial era el Jefe político o Gobernador Civil. La larga lista que sigue refleja la inestabilidad propia de estos años.

- D.Pedro Clemente Ligues: cesado por la Junta el 9-7-35. 

- El Mariscal D.Felipe Montes lo asume temporalmente. 

- D.Agustin Zaragoza Godinez actúa interinamente y como tal aparece como miembro de la Junta en agosto.

 - D.Ramón Adán actúa durante los primeros meses de 1836, que son los de puesta en marcha del proceso. 

- D.Joaquín Pérez de Arrieta figura en mayo y junio 1836. 

- D.Evaristo San Miguel convoca elecciones en julio de 1836. 

- El Barón de la Menglana durante meses por ausencia de San Miguel. 

- D.Francisco Moreno aparece como tal en agosto de 1837. 

- D.Joaquin Manuel Alber lo es en enero de 1839. 

- El Brigadier D.Luis Corral figura a partir de 5-9-40. 

- D.Joaquin Sanchez Gata aparece en octubre de 1841. 

- D.Juan Gutierrez es gobernador en noviembre de 1842. 

- D.Juan Casalbón en junio de 1843. 

- D.Jose Puidulles en agosto del mismo año.

EL INTENDENTE

Sin lugar a dudas la persona del Intendente es la autoridad local más importante en la gestión de todo el proceso desamortizador. JIMENEZ DE CISNEROS (1986) ha mostrado como en este ámbito la función judicial (lo contencioso) fue a partir de 1834 práctica y progresivamente asumida por la jurisdicción privativa de Hacienda (gubernativa):

"...con el fin de sustraer a los jueces ordinarios el conocimiento de los asuntos, que solamente con violencia podían calificarse de gubernativos; la razón era obvia: se trataba de evitar la paralización de las operaciones desamortizadoras en un momento de crisis de la Hacienda, lo que ocurriría si se permitía acudir a los Jueces ordinarios, y por otro lado, se lograba crear un clima de seguridad para los compradores, ya que únicamente se podía acudir a la Jurisdicción ordinaria, cuando el comprador estaba en plena y efectiva posesión, esto es, cuando se había efectuado y consolidado la enajenación". (p.684-5)

LÓPEZ GARRIDO (1986) aborda la figura del Intendente considerándolo como el ejecutor directo de todas las medidas desamortizadoras y le atribuye en la esfera civil una autoridad superior a la del Jefe político hasta la ley de 2-4-45 que reforzó el poder de éste. En 1849 el gobierno civil asumiría las funciones de ambos cargos, pero entre tanto, el autor cree que sus facultades y poder no deben devaluarse:

"Se diría que Mendizábal tenía una fe absoluta en esos altos funcionarios de Hacienda, que desde el 20 de Septiembre de 1836 fueron colocados al frente de todas las provincias de la Monarquía. Los intendentes son sus interlocutores inmediatos, por encima de los órganos centrales de la administración financiera. Como señala Janke, Mendizábal escribía con frecuencia a los intendentes y éstos le contestaban directamente prescindiendo de la vía normal a través del director de Rentas" (p.699)

A pesar de lo expuesto por López Garrido, nosotros creemos, sin embargo, que el Intendente es la máxima autoridad local en materia de Hacienda pero que en asuntos de desamortización casi no es otra cosa que una mera correa de trasmisión de órdenes, solicitudes y expedientes atendiendo a que prácticamente todo se decidía y autorizaba en Madrid en la Dirección General de Rentas y a nivel local todo se preparaba y gestionaba en la Comisión principal y Contaduría de Arbitrios de Amortización de la provincia, cuya gestión, por supuesto, dependía de él, pero en la que no entraba directamente.

A través de la documentación de estos años no resulta fácil distinguir entre los que fueron intendentes o eran primeros oficiales de su sección que firmaban por delegación o autorización en ausencia o vacancia de titular ya que esta circunstancia no la reflejan siempre los papeles. Consta que lo fueron:

- D.Juan García Barzanallana, se halla activo en 1836.

- D.Juan José Llamazares figura como intendente en los últimos meses de 1839 y antes de ser destituido por la Junta esparterista de 1840 presentó su dimisión el 5 de septiembre.

- D. Pascual Unceta que a lo largo de los años anteriores aparecía firmando P.A.D.S.I (que traducimos "por ausencia del señor intendente") aparece en 1841 unas veces como presidente de la Diputación y otras como Intendente.

- D.Manuel Sanchez Ocaña firma muchos expedientes desde mediados de 1837 y en 1838 y desde luego está en el cargo años después, en 1843. Ignoramos su posible relación con el también hacendista J.Sanchez Ocaña citado por FONTANA (1977,p.52) que publicó en 1855 una "Reseña histórica sobre el estado de la hacienda..." o con Pedro Sanchez Ocaña, de quien dice JANKE (1974, p.325-6) que fue incluido en una lista gubernamental "más ortodoxa" para diputados en las elecciones de 1843 y de las que Mendizábal optaría por retirarse.

c) AUTORIDADES ECLESIÁSTICAS

Frente a los constantes relevos de autoridades civiles y militares, después del extrañamiento del Arzobispo D.Bernardo Francés y del rechazo gubernamental a aceptar como Gobernador eclesiástico a los canónigos D.Rafael Sanz (nombrado por el Arzobispo) y a D.Manuel Castejón (primer propuesto por el Cabildo), a principios de 1836 comenzó a actuar como tal el también canónigo D.Manuel de La Rica, que sí contó con las simpatías del gobierno.

A La Rica, como hemos visto anteriormente, se le acusó de cismático y traidor, pero supo, sin lugar a dudas imponer su autoridad con una energía no exenta de moderación. Debió gozar de un notable prestigio personal pues aparece constantemente como miembro de las Juntas políticas y recibiendo un gran número de votos. Estuvo al frente de los asuntos eclesiásticos durante todos los años de los que nos estamos ocupando haciendo gala de una actitud liberal, sin servilismos hacia la autoridad civil.

No creemos que en este sentido se le pueda comparar con la figura del canónigo D.Policarpo Romea a quien a fines de 1836 vemos actuar como secretario del gobierno eclesiástico y del que Jiménez (p.197) dice que extremó "sus manifestaciones de adhesión hasta limitar en lo ridículo..., cuyos sermones de bendición de banderas de la milicia llenan páginas de periódicos, de encendida y farragosa palabrería" y que con motivo del ataque de Cabañero del 5-3-38 llegó al extremo de repartir armas para la defensa de la ciudad.

El Arzobispo Francés murió en Burdeos el 13-12-43 y la sede siguió vacante hasta que fue designado D.Manuel María Gómez de las Rivas, Obispo de Jaca, el 16-8-47.

 

 

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Última actualización:
18/08/07