"La desamortización de Mendizábal en la provincia de Zaragoza (1836-1851)". P. Marteles, 1990. (pmlemr@gmail.com)
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9.4.- RELACIÓN CON LA COMISIÓN ARTÍSTICALa creación y actuación de esta Comisión respondió a la preocupación y voluntad del Gobierno de que la supresión de los conventos no resultara catastrófica para los tesoros artísticos de la Nación. Sin embargo, la escasez de medios con que se hallaban dotadas supuso, de hecho, una capacidad de intervención muy limitada para la magnitud de la tarea encomendada. La primera noticia de la relación entre ambas instituciones es de 2-12-37. En la sesión de ese día "para que esta Junta pueda dar cumplimiento a la Instrucción de 1 de septiembre, su capítulo 2º y 4º, se acordó oficiar a la Comisión Artística, para que manifieste en qué conventos de los de la demarcación de esta provincia existen monumentos, preciosidades o bellezas artísticas reconocidas generalmente por tales y aquellos cuya existencia en su actual estado dé testimonio de las glorias de la Nación" En esa fecha la Junta de Zaragoza había cedido ya el convento de San Pedro Nolasco a la Comisión para que depositara allí las obras y piezas artísticas que fuera recogiendo de los conventos. Posteriormente, la Junta decidió colocar en los mencionados locales de San Pedro Nolasco a los soldados retirados que habitaban en las cuevas de la Aljafería y la Comisión protestó al Jefe Político de la provincia. Este se lo hizo presente a la Junta el 27-1-38, acordándose contestarle "que esta Junta se halla persuadida de que los efectos que custodia la comisión Científica puede hacerse en la iglesia y no se privará de disponer del local restante del convento, sin perjuicio de que si aquella lo necesitase mayor, a medida que reúna los citados objetos, procure señalarle el que necesite, tanto más cuanto no resulta ninguna clase de cesión en favor de la dicha Comisión" El 3-2-38 la Comisión envía un oficio informando de que la iglesia del Colegio de la Mantería, cuyo mérito artístico y belleza encarece, se halla destinada para granero y que si no se reparan vidrieras y ventanas se va a arruinar el edificio. Y la Comisión pide también que la Junta destine el salón del convento de San Francisco para museo, "por razón de hallarse muchos y muy buenos cuadros arruinados en San Pedro Nolasco por falta de local." La última solicitud no pudo ser atendida por la Junta, porque en esas fechas se hallaba pendiente de la Superior un expediente para todo el edificio, pero dispuso que la iglesia de la Mantería dejara de servir para esos usos. Sin embargo, como veremos, al ocuparnos del convento de la Mantería, tampoco se llevaron a cabo finalmente las obras y reparaciones solicitadas. Pero no era el Gobierno el único interesado en hacerse con las "glorias de la Nación". El 25-12-38, Luis Heron Fils, residente en Zaragoza, "hace presente que comprará los retablos, efectos de arte, pedrería, cuadros y demás que existen tasados, con alguna consideración, siempre que se le permita verlos" y la Junta acuerda que informe Amortización. Después, unido a la opinión de las oficinas, el asunto fue trasladado, el 28-1-39, al Gobierno Eclesiástico y a la Comisión Artística y el hecho de no aparecer posteriormente ninguna noticia sobre esta petición, nos lleva a pensar que debió ser denegada. El 16-7-39 Pablo Berge, vecino de Tudela, pide comprar al precio que tasen los peritos un cuadro de la Virgen María que existe en el Monasterio de Veruela. La Junta pide informe al subalterno de Tarazona, el cual lo envía el 27 de agosto con la referencia de éste y de otros cuadros. Se acuerda no ha lugar la petición, pues la comisión Artística se va a hacer cargo de ellos. El 20-12-39 el Jefe Político comunica que ya se han recibido los cuadros de Veruela y pide que uniéndolos a los de San Pedro Nolasco, se abra un museo en el colegio de Santo Tomás. La Junta acepta la propuesta y manda que desaloje el edificio el arrendatario Landa, que lo tiene como granero, pero tal cesión no se lleva a efecto ya que se continúa manteniendo el depósito de cuadros en San Pedro Nolasco. En la misma sesión de 16-7-39 el subalterno de Tarazona, había informado que habiéndose hecho cargo la comisión Artística de "los libros útiles que existían en el Monasterio de Veruela y el convento de la Merced de Tarazona, han dejado una porción, sin duda por inútiles y que si no se dispone su venta, están expuestos a perderse." Ante esa posibilidad, sin lugar a dudas, la Junta dispuso su venta. El 26-9-39 la Comisión informa a la Junta que el 28 de agosto anterior se había hundido una línea del tejado del convento donde tiene sus depósitos y que, de no repararse, el edificio amenaza ruina. El presupuesto de obras es de 1.664r y, ante la enormidad del gasto, se ha de consultar a la Superior. El 11-3-40 las obras son ya de absoluta necesidad, la comisión avisa de su falta de recursos y de que "si se desaloja el convento, siempre será indispensable la reparación si se ha de evitar la ruina que amenaza". El problema de la Comisión no sólo era la penuria de recursos sino que se veía agravado por una falta de autoridad. Cuando en 1-4-40 el cura párroco de Botorrita pide que se le proporcione el retablo o altar de San Blas y San José, existente en el convento de San Pedro Nolasco, para instalarlo en su iglesia, el parecer de la Comisión no fue siquiera consultado, toda vez que el gobernador Eclesiástico le había dado su conformidad. Se le concedió el 2-5-40. La última intervención de la Comisión Artística la encontramos el 14-5-40. En ella se le piden con urgencia "varias noticias sobre pinturas y otros objetos existentes en los monasterios y conventos de ambos sexos", conforme a lo dispuesto por la R.O. de 4 de mayo de 1840. Función similar a la de la Comisión Artística la llevó a cabo en Calatayud la llamada Comisión Agricultora. Esta no debía constituir un conjunto muy homogéneo de entendidos, porque la Junta le pidió el 12-2-40 que informara acerca de si el convento de los Dominicos de Calatayud contenía bellezas artísticas y contestó negativamente, con lo que la Junta inició el expediente de venta del edificio. Sin embargo, unos meses más tarde, el 17-10-40, el subalterno de Calatayud informa que Don Valentín Carderera, director del Museo Nacional, a su tránsito por aquella ciudad ha encontrado muchas bellezas artísticas en el edificio. Entretanto, el remate se ha llevado a cabo y está pendiente de aprobación por S.M., por lo que la Junta se apresura a oficiar a Carderera para que "tenga la bondad de designar los objetos de mérito que existan en el referido edificio, a fin de que la Junta pueda dar parte al Gobierno, con la ilustración que exige un asunto como el que se trata." [1] La respuesta de Carderera llegó el 9 de noviembre y fue enviada a Madrid. Lo que siempre cabrá preguntarse es si todas estas gestiones se habrían llevado felizmente a cabo de no haber sido Carderera personaje tan encumbrado. *** notas 1.- LAFUENTE ("Hª de Calatayud", p.637) dice que hacia 1833 el convento fue habilitado para cárcel después de haber servido como cuartel "quedando por ese motivo muy desmantelado". Posteriormente, "Por desgracia para las artes, y mengua de nuestra patria, se demolió su lindísimo patio" y que tiene "un dibujo de él, que me regaló mi querido y difunto amigo el pintor de Cámara D.Valentín Carderera". |
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